POESÍA DE UN DOMINGO DE OTOÑO:

 

RECORDÁNDOTE:

 Intenté no recordar 

era inútil, no podía

sólo recreaba en mí 

ecos de tu fantasía. 

Era un sueño o era instinto. 

O un mísero sentimiento. 

¿O tal vez era real

 y quedaban los recuerdos? 

Con un poco de ilusión

y mezcla de transparencia 

oí tu voz en las tinieblas. 

Más tarde sentí tu piel, 

un roce de cuerpo a cuerpo. 

En ese pequeño instante

tú me dijiste TE QUIERO. 

Sentí caricia del mar con su blanquecina espuma 

cuando sin explicación mis ojos desvanecían. 

Sentí el calor de tu aliento que quemaba como el fuego 

seguido de un leve roce de tus labios en mi cuello. 

Ahora sé por qué esa noche 

nunca la podré olvidar; 

la tentación del silencio 

acababa de empezar.

Cuando bajo el firmamento, 

al lado de un negro abismo, 

tú penetraste mi cuerpo. 

Vi nacer una ilusión, 

florecer un nuevo sueño, 

y murió aquél rencor 

que guardábamos los dos, 

al lado de aquél abismo 

que de pronto se marchó, 

aquella noche de invierno 

cuando hicimos el amor. 



                           Vanessa R. R.