martes, 4 de diciembre de 2012

POESÍA: Pulular de elementos armónicos que se entrelazan en un haz de verdades que lo son para el poeta, que necesita evocarlo sobre una estructura concreta. Pero que encierra a su vez un sentido cifrado que se descifra en el pensamiento del lector.



¿Necesariamente una poesía ha de estar basada en el amor o el sufrimiento o la belleza?

Desde tiempos de Platón, la lírica se caracteríza por la exaltación interior del individuo, no sólo mediante la palabra, sino también mediante la forma, el sonido, le métrica, etc.

Una palabra encierra aún más poder en sí que su significado/significante, ya que además aporta un sentido, un fin. Veamos pues el título del poema que vamos a tratar hoy: LA BELLA MIERDA. Sin duda, una palabra pronunciada con un interés mediático y difamdor, pero con fuerza.

En este poema, editado por Barone en Infonews y Diario Registrado, que ha sido también recogido con aspecto crítico en  Lanación.com, donde ha sido negativamente comentado, se cuestiona la existencia de lirismo.

A pesar de que en nada nos influye saber el origen de procedencia del tema tratado para verificar si existe esencia poética en él, ni si somos seguidores de su idealogía o postura, sepamos que la cuestión política mencionada en él está vinculada a una fecha (7D), que no deja de ser un objeto mundano más de preocupación o interés para el propio escritor. Su preocupación en torno al aspecto político, le ha llevado a crearlo con la forma, sentido y armonía justa para evocar, no ya la belleza estética, sino la belleza del pensamiento y de la libertad de expresión, de la crítica y de la resignación. Y eso exactamente es lo que se advierte en su lectura.







 VEAMOS LAS DUDAS DE SU LIRISMO POÉTICO DESGARRADOR.










LA BELLA MIERDA

Hasta el más vacuo poetizo se embellece
con flores y nenúfares; con alondras y hadas.
Pero cómo escribir un poema bello
con soretes y mierda,
y cómo hacer que algo cambie para que
nada siga igual
y desdecir al Gatopardo bellamente.
Hay que cambiar desde el 7 de diciembre.
Y hacer que la mierda ya no apeste
ni hieda; ni impregne pituitarias
ni cerebros. Ni lenguas entrenadas
dócilmente a ser indóciles al revés.
Y hay que empezar a escribir un poema
de mierda bella
con la nueva fragancia de la Ley
y de la libertad de oídos y de ojos,
de dial y de pantalla. Y de cacerolas,
que solo quisieran la libertad para ellas
pero deberán resignarse a la libertad
para todos.
Hay que cagarse bellamente en el periodismo
sucio de arrogancia y de pagas
tan prósperas que lo desperiodiza;
y darle la bienvenida
limpiándolo. Y limpiándonos
cada uno en su medida
y armoniosamente. O sin armonía
y sintiendo rabia de limpiarse.
Porque la propia suciedad y la mierda propias
no le gustan a nadie.
No están exentos de esta tarea de higiene
ciertos  públicos mentidos que se volvieron mentirosos por contagio,
y tanta oposición política
cautiva del síndrome de Estocolmo;
Ahora tiene la posibilidad
de “destocolmizarse” bellamente.
De “desmagnetizarse”.
Está dicho que el 28 de diciembre
es el día de los inocentes.
Entonces el 7
es el día de los culpables;
el día del toque de retirada de Clarín
y el del fin de la patraña.
En fin, hay que purificar la mierda
sin asco.  Porque puede ser bella
si muda a crisálida,
y después a mariposa.


¿Qué opinión se puede tener de este poema? ¿Es o no es poético?

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