miércoles, 19 de diciembre de 2012

HOY MIÉRCOLES: Qué leer...
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PUES CON LOS LIBROS PASA LO MISMO
No le preguntes a los Best Seller, porque ellos cobran por mentir.

Si lo que quieres es una recomendación verídica y argumentada, pídele consejo a un experto.
En serio quieres gozar con una lectura, pues has venido al sitio indicado



Este espacio semanal de cada miécoles lo dedicamos generalemente a destapar títulos, autores, lecturas interesantes, lugares en los que poder seleccionar una nueva historia que leer u opiniones críticas y convencionales que nos ayudan a decidir nuestra siguiente aventura. Sin embargo, hoy vamos a ofrecer un espacio diferente, que podríamos denominar:

Las mejores historias jamás contadas

Y con ello, evidenciar la calidad de una única lectura de peso, en el caso de hoy, conocida por todos, y leída por casi nadie, para mostrar su esencia. La obra seleccionada es

"Don Quijote de La Mancha"

7 buenas razones para leerlo.



1º) Una razón cultural de peso.
2º) Un ingenio inigualable en la técnica narrativa, como un mago.
3º) Una crítica mordaz, pero sutil de su sociedad.  
4º) Una ironía humorística atemporal y universal.
5º) Una representación histórica de cambio de una época a otra.
6º) Un reconicmiento de los signos vitales del espíritu: humor, amor e ilusión.
7º) Una recomendación mundial.

1º) Una razón cultural de peso.
  Esta obra, representa para la cultura española, no sólo un bagaje de prestigio, fama y tradición literaria de peso, sino que es mucho más. Esta obra encierra la esencia de nuestro carisma, la idea española de pensamiento se ve bastante representada en las líneas de este libro, en su personaje, sus acciones y su técnica. El personaje del Quijote no es real, se crea a partir de unas lecturas existentes y de prestigiado renombre que abundaban cuando Don Cervantes vivía. Son títulos de novelas de caballería. Lecturas que nuestro protagonista leía, y las cuales le influyeron en sobremanera. De esta forma, Don Cervantes, no sólo menciona el conocimiento que tenía de ellas, sino que en su ficción, deja ver de qué forma despertaban la imaginación en sus lectores. Por tanto, independientemente de lo que suponga la obra del Quijote en sí, ofrece un conocimiento literario y erudito de las obras de caballería y escritos del Renacimiento y la Edad de Bronce de la literatura española, época anterior, que suponen un peso cultural evidente. 



2º) Un ingenio inigualable en la técnica narrativa, como un mago. 
La sarcástica manera con la que el autor de la novela se dirije al lector en su prólogo, forma parte de la misma técnica ficticia. El lector es en todo momento partícipe de la historia, como sucede con la Biblia, con La historia interminable, etc. 
El lector es un protagonista principal y, no sólo es unos de los primeros personajes en aparecer, sino que además, será responsable de un cambio importante en la acción. Por lo tanto, podríamos evidenciar, que Don Miguel de Cervantes no dio comienzo al relato con su primer capítulo, sino con el prólogo: veamos un frgmento inicial del prólogo, que tan solo en estas líneas, extrearemos el jugo suculento de la razón de cervantes y su inigualable ingenio:  

Desocupado lector, sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse. Pero no he podido yo contravenir a la orden de naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante. Y así, ¿qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados por otro alguno, bien como quien se engendró (1) en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación? 

  Si nos fijamos en el primer renglón de su narrativa, vemos que el primer punto al que se dirige es al lector, en 2ª persona. Este es un claro signo de artilugio ficticio. A él le confía su novela, y le confía lo que opina de ella. Este lector que fomra parte de la expresión literaria, vuelve a ser partícipe al final del prólogo, el cual concluye con:  

Yo no quiero encarecerte el servicio que te hago en darte a conocer tan notable y tan honrado caballero; pero quiero que me agradezcas el conocimiento que tendrás del famoso Sancho Panza, su escudero, en quien, a mi parecer, te doy cifradas todas las gracias escuderiles que en la caterva de los libros vanos de caballerías están esparcidas. Y con esto, Dios te dé, salud, y a mí no olvide. 

VALE

 "Encarecerte, te hago, agradezcas, tendrás, Dios te dé, vale". Son términos que hacen sentir al lector parte de la obra y desde ese momento, el lector queda en tensión de veredicto para ofrecer su opinión sobre la obra. Poco más avanzada la obra, el lector será parte integrante de la historia, un personaje más de la acción. 
Digamos que Don Quijote como tal, se ha ido formando caballero a partir de las lecturas caballerescas que de su época había leído. Una vez que el personaje ha recorrido lugares en busca de aventuras, ha derribado molinos de viento, se ha hecho coronar caballero andante por un tabernero de La Mancha y ha contratado a su jardinero como escudero, su nombre se ha propagado por todo el mundo, se habla de él y hasta se escribe. 

Llegamos a un capítulo, en el que el propio protagonista Don Quijote, lee su propia obra y busca a su escritor. Habla con los lectores de su propia ficción y Don Cervantes incluso, pasa a formar parte de la acción narrativa. Llegando al extremo veraz de ofrecer un ilusionismo fantástico de verosimilitud en la que el lector expande el ingenio y la magia literaria a un punto cúlmine. 

 Dentro de su técnica narrativa, vemos que la obra en sí, la historia del Quijote, se desdobla del plano ficticio y pasa a formar parte de la propia obra, como un sueño soñado por alguien que está dentro de otro sueño. Así, Cervantes, deja clara su responsabilidad como autor, ya que entonces era muy usual encontrar manuscritos literarios en diferentes lugares separados en espacio y tiempo:a lo largo de la lectura (I, 8-9) Don quijote se encuentra con su propia historia, traducida al árabe, y la compara con otra escrita por otro autor diferente de Cervantes, y en este punto, se despliegan diversos planos de la realidad, en los que obra, lector y autor juegan a ser dioses y marionetas. 

Además de estos datos, la lectura de Don Quijote revela un final que agrupa todos los puntos de la ficción y como si de una chistera de mago se tratara, los introduce echos un ovillo, so golpes de varita y los convierte en realidad, en una realidad amarga y embarazosa que trasnforma su ingenuidad en cordura y la perspectiva del lector en ignorancia al haber infravalorado la inteligencia de Don Quijote que nos demuestra haber sido siempre más inteligentes que nosotros mismos los lectores, y eso que nos hemos hallado durante toda la lectura en una posición de privilegiado observador. 



Por lo tanto, desde el principio hasta el final, el lector es un personaje más movido al antojo de Don Cervantes como una parte más de la ficción, hay que leerlo.

3º) Una crítica mordaz, pero sutil de su sociedad .
Como hemos visto hasta ahora, tanto en el prólogo, como en su técnica, no deja de estar existente una crítica continua a la sociedad. No es una crítica fija y concreta, el lector del Quijote, si lo desea y mantiene alerta su agudo ingenio analítico, puede extraer su propio jugo con colclusiones personales y subjetivas acerca de las críticas que advierte en la lectura. 

Sin ir mas lejos, al empezar a leer el prólogo, uno se puede cuestionar, ¿a qué se refiere Cervantes cuando denomina "desocupado" al lector? Pues esa es la cuestión, que cuando uno lee la obra del quijote, no una, ni dos, ni tres veces, si no cada vez que la lea, la imaginación y el pensamiento del lector empezará a dispararse sin límite en un punto u otro de la lectura. 

Por eso, existen tantos estudios sobre el quijote, porque es un mar profundo de ingenio en el que uno se puede perder mientras lee. 

Se me ocurre, por decir algo, que el lector de aquél entonces, y al que Cervantes se refería, tendría que ser uno de esos nobles, eruditos, letrados y sin muchas necesidades materiales o espirituales. Y con esta expresión, "desocupado lector" y todo lo que sigue en el prólogo que alude a lo absurdo de su obra, al poco ingenio y demás, Don Cervantes sabía que era un insulto ingenioso a la inteligencia de los que posiblemente serían sus lectores, nobles desocupados, de título y sin aportación alguna para su sociedad. 

Otro podría ser la alusión a las necesidades de su sociedad, que ya no ncesitan caballeros andantes para liberar batallas, sino seres de carne y hueso que generen una visión del entorno, un caballero con ingenio y sensibilidad. Por eso, digamos que en contradicción con los caballeros de los libros de su época, no encajando en los perfiles de caballero propiamente dicho, Don Quijote representa una figura de caballero más real y verídica que la de todos los descritos en todas las lecuras de caballería de la época, y creo que ahí Don Cervantes apunta con una crítica impresionante. La obra muestra la ilusión por vivir como a uno le dé la gana, frente a las convenciones de lo que la gente espera de uno mismo. 


La historia entera está plagada de alegorías irónicas que hacen de su lectura una crítica general a la época. Este aspecto de la lectura es un suculento bocado que todo lector que se precie no puede pasar por alto. 

4º) Una ironía humorística atemporal y universal.  
Nos hemos hecho la pregunta muchas veces de "por qué no pasa de moda esta obra". En este caso, el humor que encierra en su obra Don Cervantes es motivo más que suficiente para que la obra siga gustando. 

Humor en los personajes: El protagonista, es un antihéroe: hombre viejo y feo, loco y ridúculo. Se hace nombrar caballero por un posadero que ve en el camino, se pone un orinal como casco, un rocín escuchimizado como caballo, una gorda mujer que no conoce como enamorada, un borracho enano y panzudo como escudero en un borrico. Lucha con molinos de viento, confunde a su agresor con su amigo y al villano con un noble cortés, lucha con un cura pensando que es un caballero, etc. 

Es un personaje humorístico, que está rodeado de lo absurdo, y aún así, denota la felicidad de vivir en libertad, con las ideas claras y el ingenio agudo. Habla en un lenguaje arcaico y se deja engañar. Pero aún así, demuestra que es posible vivir como uno quiere y ser quien desea ser; crea su mundo tal cual lo desea. Es el superyo nietzscheriano que todo hombre o mujer querría ser. 


Esa idea, cuando uno lee la obra de Quijote, permanece para siempre en el espíritu del lector confiriéndole una energía extra para afrontar los sueños interiores que cada persona lleva dentro.

 5º) Una representación histórica de cambio de una época a otra.
Aquella época, estaba gobernada por un cambio de monarquías que, sin entrar en detalles históricos, ofrecía un cambio de dinastía, ya que el heredero tenía un pensamiento de la sociedad y unas ideas completamente diferentes a las de su antecesor, y en ese cambio de conciencia, de la época de bronce a la Edad de Oro española de la literatura, Cervantes advierte un avance, o necesidad de avanzar y dejar atrás las acciones bélicas idealizadas por las novelas de caballería y centrarse en la realidad que les rodea. 

En ese proceso histórico de las monarquías, hay un cambio que perfectamente se puede reflejar entre la primera parte y a segunda de la obra del Quijote. 


Es el mismo proceso de cambio que va desde el Renacimiento al Barroco y el lector puede darse cuenta del cambio estético artístico.

6º) Un reconicmiento de los signos vitales del espíritu: humor, amor e ilusión.
Uno de los motivos que convierten a esta obra en inmortal, fosilizada, canonizada y universal, es la mezcla de humor, amor e ilusión que todo espíritu de individio necesita para vivir feliz. 

Estos tres parámetros se manejan en la historia del Quijote y a ellos, Don Miguel de Cervantes les concede una importancia relevante durante toda la obra. 

El humor lo encarna el personaje en sí, y todo cuanto le rodea. Ya lo advierte su narrador en el prólogo, que no pretende ser una lectura erudita, sino de diversión. En cuyo caso, podemos advertir humor en todas sus vertientes, crítico, mordaz, severo, humor sutil y humor ingenioso. El amor, es un contínuo en toda la acción, en ella encontramos, distintos tipos de amor, como en la vida misma. El amor idealizado de él hacia su dulcinas. 

El amor incondicional de los amigos, de la familia y de su fiel y leal servidor Sancho Panza. El amor burgués de los condes que le prometen la tan anhelada ínsula al final de la obra. O también el amor pasional que aparece en un pasaje de la obra en el que un amo quiere ambaucar o acosar a una joven ingenua e inexperta que le sirve, y a la que Don Quijote consigue rescatar. 

Y, por último la ilusión, que también se relata desde todos los puntos existentes, la ilusión por algo que se tiene, por algo en lo que se cree, por algo que se pretende, la ilusión del espejismo de la relidad que vivimos, y la ilusión de los sueños que nos hacen frotalecernos cada día y tener ganas de vivir. 

Es sin duda, una suculenta receta para el entendimiento espiritual y del placer. 



7º) Una recomendación mundial.
Y por último la razón de peso que todo lector emplea, la del boca a boca. 

Si todo lector del Quijote recomienda leerla, y no son pocos, no será menos que cierto que es una lectura que no se puede dejar en el olvido. Traducida a tantos idiomas en el mundo entero, no puede pasar inadvertida, y pasar a ser uno de sus conocedores no es una obligación o un derecho, sino un privilegio. 

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                                                                   Vanessa R.R.


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