ESPACIOS LIJ (Literatura Infantil y Juvenil)
Para disfrutar de verdad de una lectura,
hay que sentir la sinergía entre la palabra y uno mismo.
SINERGÍA: AUNMENTO DE LA ENERGÍA PROPIA PROVOCADO POR OTRA ENERGÍA EMITIDA EN LA MISMA FRECUENCIA QUE OCNECTAN Y SE RETROALIMENTAN.
Sentir esa electricidad cuando uno lee es una de las pocas vivencias escasas que se pueden considerar inefables porque la generan los estímulos del superYO que llevamos dentro, y que cada cual codifica y decodifica de forma asbtracta, como un sentimiento.

El libro que se recomienda a continuación, contiene una dosis de energía y un trago de imaginación, a lo largo de una serie de cuentos moralistas. Su lectura es sencilla y amena, algunos breves y otros fugaces, pero todos ellos dejan una extraña sonrisa en la mente del espíritu como señal de una comprensión más elevada que la que se deja ver en la acción de la lectura.
Buenos Aires, (1949- ). Jorge Bucay,
médico y escritor, se ha convertido en un auténtico fenómeno de ventas
en los últimos años. Son ya miles de lectores
los que se han acercado a las obras de este argentino especializado en
psiquiatría cuyas publicaciones copan la listas de best-seller de medio
mundo. Obtiene el Premio Torrevieja 2006 con el libro con El Candidato
Jorge Bucay, Cuentos para pensar, 1999.
DARSE CUENTA:
Al dia siguiente
salgo de mi casa,
me olvido de que hay un socavón en la acera,
y me vuelvo a caer en él.
salgo de mi casa,
me olvido de que hay un socavón en la acera,
y me vuelvo a caer en él.
Al tecer día
salgo de mi casa tratando de acordarme
de que hay un socavón en la acera.
Sin embargo,
no lo recuerdo
y caigo en él.
salgo de mi casa tratando de acordarme
de que hay un socavón en la acera.
Sin embargo,
no lo recuerdo
y caigo en él.
Al cuarto día
salgo de mi casa tratando de acordarme
del socavón en la acera.
Lo recuerdo y,
a pesar de eso,
no veo el pozo y caigo en él.
Al quinto día
salgo de mi casa.
Recuerdo que tengo que tener presente
el socavón en la acera
y camino mirando al suelo.
Y lo veo y,
a pesar de verlo,
caigo en él.
salgo de mi casa.
Recuerdo que tengo que tener presente
el socavón en la acera
y camino mirando al suelo.
Y lo veo y,
a pesar de verlo,
caigo en él.
Al sexto día, salgo de mi casa.
Recuerdo el socavón en la acera.
Voy buscándolo con la mirada.
Lo veo, intento saltarlo, pero caigo en él.
Recuerdo el socavón en la acera.
Voy buscándolo con la mirada.
Lo veo, intento saltarlo, pero caigo en él.
rozo con la punta de mis pies
el borde del otro lado,
pero no es suficiente y caigo en él.
Al octavo día,
salgo de mi casa,
veo el socavón,
tomo carrerilla,
salto, ¡llego al otro lado!
Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido
que lo celebro dando saltos de alegría…
Y, al hacerlo, caigo otra vez en el pozo.
salgo de mi casa,
veo el socavón,
tomo carrerilla,
salto, ¡llego al otro lado!
Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido
que lo celebro dando saltos de alegría…
Y, al hacerlo, caigo otra vez en el pozo.
Al décimo día,
justo hoy,
me doy cuenta
de que es más cómodo
caminar…
por la acera de enfrente.”
justo hoy,
me doy cuenta
de que es más cómodo
caminar…
por la acera de enfrente.”
Adaptación de Jorge Bucay de un poema del monje tibetano Rimponche
Hola (((Erick))), es cierto, J. Bucay tiene muchos escritos de autoayuda, pero concretamente este lo que hace es generar preguntas y por supuesto apropiado para todos los público, me alegra saber que lo probarás, es variado y algunos de los cuentos que aparecen son geniales.
ResponderEliminarOtros tantos para ti... :D